Por: Jason Dulle
BUENO, TODOS TENEMOS FE ¿VERDAD?
Cuántas veces has testificado a alguien sobre la verdad solo para escuchar esta respuesta: «Bueno, creo que mientras la gente tenga fe en Dios, eso es todo lo que importa». Esta es una puerta trasera fácil para aquellos que en última instancia no están demasiado preocupados por la verdad. ¿Cómo deberíamos responder a esto? Lo que debemos hacer es centrar nuestra atención en lo que es la fe y lo que hace que la fe sea valiosa.
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Cuando alguien te responde de esta manera, debes preguntar: «¿Por qué importa que alguien tenga fe?» Continúa para explicar que la fe no tiene valor en sí misma. Deriva su valor de su contenido. ¿El contenido de lo que se cree corresponde a la realidad o no? Algunas creencias pueden ser tanto irracionales como destructivas.
Podía creerme un pájaro y saltar del edificio Empire State en un intento de volar, pero esto sería una estupidez, no una fe. Si cierta «fe» pueden ser destructiva en el ámbito físico, ¿qué ocurre en el ámbito espiritual? ¿No podría ser igualmente destructivo si el reino espiritual es igualmente real?. (También te puede interesar: Justificación por La Fe)
La condición, por supuesto, es que el reino espiritual es real. Si no hay realidad en el reino espiritual, entonces no importa lo que uno crea porque todas las creencias religiosas son meras fantasías de todos modos. Estamos asumiendo que el reino espiritual realmente existe, y por lo tanto, lo que creemos acerca de ese reino espiritual realmente importa.
LA FE TIENE UN CONTENIDO QUE LA HACE VALIOSA Y VIRTUOSA
La fe tiene un contenido y es el contenido / objeto lo que la hace valiosa y virtuosa. La fe virtuosa es la fe cuyo contenido corresponde a la realidad. Describe cómo son realmente las cosas. Si la fe de uno está en Alá, y sin embargo la descripción de Alá por parte del Islam no es la forma en que Dios es en realidad, entonces la fe en Alá es la fe en algo no real.
Si bien uno puede realmente haber puesto su fe en esta no realidad, no obstante, es una no realidad, no menos de naturaleza ficticia que Superman. Una fe que no se corresponde con la realidad es una fe equivocada, carente de significado real. Tal ‘fe’ no es más virtuosa que mi creencia de que soy un pájaro que puede volar. (También te invito a leer: La Fe y La Gracia)
Todas las religiones hacen afirmaciones de verdad que deben ser aceptadas por la fe, pero diferentes religiones y sectas religiosas hacen afirmaciones de verdad en conflicto. Si la realidad es una, y sin embargo, las diversas afirmaciones de verdad representan realidades diferentes y contradictorias, no todas esas afirmaciones de verdad pueden corresponder verdaderamente a la realidad.
Por ejemplo, diferentes religiones enseñan cosas contradictorias sobre la vida futura. Muchas religiones orientales enseñan la reencarnación, mientras que el cristianismo enseña la resurrección. Si bien es posible que ninguno de los dos pueda estar en lo correcto, ambos no pueden estar en lo cierto al mismo tiempo y de la misma manera. Es la ley del medio excluido. No hay un término medio para ser tomado. Es la reencarnación, la resurrección o algo más.
¿CÓMO DETERMINAMOS LA FE QUE CORERSPONDE A LA REALIDAD?
Entonces, ¿cómo determinamos qué fe se corresponde con la realidad? Lo hacemos utilizando las mismas herramientas que utilizamos para discernir entre la verdad y la falsedad en el ámbito físico; es decir, la razón y la racionalidad. La misma racionalidad que me dice que no ponga mi mano en un fuego porque me dará daño corporal puede usarse para discernir la verdad del error en el reino espiritual.
Creemos las cosas porque. Siempre hay un por qué detrás de nuestros compromisos de fe. Algunos “porques” están justificados, mientras que otros no lo están. Puedo tener razones para creer en la evolución, pero ¿están justificadas mis razones? ¿Hay otras razones por ahí que sean superiores a las mías que me harían abandonar mis razones originales por equivocadas y falsas, y creer en la creación en su lugar? No todas las razones llevan la misma autoridad. Algunas razones son lógicamente superiores a otras y, por lo tanto, deberían preferirse a otras.
Utilizamos la lógica y la racionalidad para determinar qué creencias estamos justificados para creer. No todas las creencias son igualmente justificables, porque no todas las creencias son verdaderas. Las verdaderas creencias tendrán más justificación que las falsas creencias. (Quizás te pueda interesar: La Fe Tiene Sus Razones)
¿Cómo se me justifica creer lo que hago y cómo se me justifica negarme a creer las cosas que me niego a creer? Por cada cosa en la que elegimos creer, elegimos una gran cantidad de otras cosas en las que no creemos. Si elijo creer que el cristianismo es verdadero, a la inversa creo que el Islam, el budismo y la Nueva Era son falsos porque contradicen las verdades del cristianismo.
Abrazar una creencia es rechazar otra. Incluso la persona que dice que cree que todas las religiones son verdaderas, tiene que rechazar la posición religiosa que cree que solo puede haber una verdadera religión. Uno no solo tiene que justificar cómo es que saben que todas las religiones son verdaderas, sino que también debe justificar cómo saben que una religión no puede ser verdad.
Son las razones que presentan las que pueden evaluarse y criticarse, y, a través del buen uso de nuestras facultades racionales dadas por Dios, al final se manifestará en cuanto a qué creencias estamos más justificados en creer y en qué creencias estamos más justificados en Rechazar por no corresponder a la realidad.