Saltar al contenido
Estudios Bíblicos Pentecostales, Prédicas Cristianas Escritas, Sermones

IMPOSICIÓN DE MANOS PARA ACTIVAR TU MINISTERIO

Índice

Por: Natanael Gammarota

IMPOSICIÓN DE MANOS EN EL MINISTERIO

La mano ha sido siempre un símbolo de fuerza, de trabajo, de comunicación interpersonal, nos ayudan a celebrar, son un instrumento de alabanza al aplaudir, las levantamos al cielo como postura de adoración.

En la Biblia vemos el uso de las manos cuando son impuestas sobre personas, pueblos, animales, objetos y lugares con el propósito de bendecir, transferir y ordenar. La palabra de Dios nos enseña a imponer las manos en casos determinados como los siguientes:

Ministración de sanidad sobre los enfermos, ministración del don del Espíritu Santo, ministración de bendición y dedicación de niños, ordenación al ministerio, envío de misioneros.

Cualquiera que sea el uso específico de la imposición de manos, desde una simple oración, una ministración especial, debe de ser hecho bajo la unción del Espíritu Santo con propósitos tales como bendecir, transferir poder y unción, delegar autoridad.

En este artículo analizaremos acerca de la importancia de la doctrina de la imposición de manos cuando se usa para delegar autoridad y reconocer y establecer un ministerio.

LA IMPOSICIÓN DE MANOS PARA ORDENACIÓN MINISTERIAL

Mi deseo es que usted descubra y desarrolle el llamado y ministerio que Dios le dio. Tenemos que ser diligentes e inquerir en el estudio y la práctica de la doctrina bíblica de la imposición de manos. Usando la imposición de manos Moisés transmitió las órdenes divinas a Josué, confiriéndole de esta manera la autoridad para conducir al pueblo de Dios.

Números 27:18-23 dice «Y Jehová dijo a Moisés: Toma a Josué hijo de Num, varón en el cual hay espíritu, y pondrás tu mano sobre él; y lo pondrás delante del sacerdote Eleazar, y delante de toda la congregación; y le darás el cargo en presencia de ellos»

(También te puede interesar: Estudios Bíblicos)

Los cargos se reciben bajo imposición de manos. «Y pondrás de tu dignidad sobre él, para que toda la congregación de los hijos de Israel le obedezca… Y Moisés hizo como Jehová le había mandado… Y puso sobre él sus manos, y le dio el cargo, como Jehová había mandado por manos de Moisés»

La Biblia dice en Romanos 10:15 » y ¿Cómo predicarán si no fueren enviados?». La doctrina Bíblica de la imposición de manos para ordenación envía y autoriza un candidato al ministerio a ejercer,  a desarrollar este ministerio en la iglesia del Señor. 

No solo lo anterior, sino que el candidato recibe cobertura ministerial por parte de la iglesia y de aquellos que contribuyeron enviándolo al ministerio. Si una iglesia envía a alguien al ministerio también debe respaldarlo legalmente, espiritualmente, aconsejando, visitando, entre otras cosas. En algunos casos es importante reconocer también un apoyo y un respaldo económico.

No es correcto nombrar a alguien y enviarlo al ministerio dejándolo solo. El envío ministerial, es precisamente la cobertura dada a un predicador para que éste pueda desarrollarse y servir al Señor de una manera ordenada y efectiva. (También te puede interesar: 7 Razones para Practicar Lavado de Pies Según la Biblia)

Estoy seguro que usted se estará haciendo la siguiente pregunta ¿Quién es aquel que llama y envía al ministerio, Dios o el hombre? La respuesta correcta es que Dios llama y envía a la obra usando la colaboración del hombre por medio de la imposición de manos para ordenación.

EJEMPLOS BÍBLICOS DE IMPOSICIÓN DE MANOS 

Los apóstoles estaban poniendo orden a una situación surgida en la iglesia de Jerusalén. La solución se encontró en la propuesta de elegir siete varones que habrían de ser nombrados diáconos: «Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo» (Hechos 6:3)

Las personas que iban a ser elegidas debían tener unos requisitos espirituales, buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y ser personas sabias, «a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos» (Hechos 6:6)

¿Qué debemos entender en este pasaje? Los siete varones antes de ser presentados para el nombramiento hecho por la imposición de manos, estuvieron preparados espiritualmente para llenar los requisitos necesarios. (También te invito a leer: ¿Cómo debo Orar por los Misioneros?)

Esto nos enseña que antes de ser nombrados, ordenados, ungidos por medio de la imposición de manos, se debe dejar transcurrir un tiempo prudente en el cual somos instruidos, probados, formados, para luego ser presentados al oficio o ministerio al cual Dios nos ha llamado.

Este tiempo, es donde Dios comienza a revelar el llamado en nuestro interior, ocurrirán experiencias, señales, profecías, que nos harán conscientes y nos confirmarán de que Dios nos está llamando. Pasado este tiempo de preparación espiritual, el llamado de Dios en nosotros será reconocido por el gobierno de la iglesia, los ancianos, los cuales impondrán sobre nosotros las manos y nos autorizarán para funcionar y desarrollarnos en el campo indicado.

Miremos otro ejemplo práctico que se encuentra en Hechos 13:1-3 «Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaen el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. Ministrando estos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron».

En estos versículos vemos que ningún hombre llamó a Bernabé y Saulo, la Biblia define claramente que «El Espíritu Santo dijo: » Apartadme a Bernabé y Saulo para la obra a que lo he llamado». Después de que recibieron el llamado, fueron presentados a los ancianos, quienes les impusieron las manos y los enviaron al campo misionero.

Antes de ser ordenados, Saulo y Bernabé, ya habían recibido un llamado interior por parte del Espíritu Santo, el cual fue confirmado por medio de profecía y reconocido por la imposición de manos. Una vez más, vemos que el ser llamado y enviado al ministerio es parte fundamental del cumplimiento del propósito de Dios en nosotros, usando así el Señor la colaboración del hombre.

Tal vez usted a escuchado el llamado por parte del Espíritu Santo, es menester esperar el tiempo correcto bajo una cobertura ministerial y ser reconocidos por parte del presbiterio, solo entonces su ministerio tendrá efectividad en la iglesia del Señor. (Quizás quieras leer: Amando las Misiones)

Tenemos otro ejemplo en el libro de los Hechos 9: 15-16 «El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es este, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre»

Saulo recibió su llamado ministerial al momento de la conversión, pues «en seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios» (Hechos 9:20). Saulo enseguida empezó a desarrollarse en la predicación, su ministerio empezó a crecer, entonces empezó su primera persecución y tuvo que huir a Jerusalén.

Cuando Saulo llegó a Jerusalén, ciudad en la cual non tenía comunión con los apóstoles, leemos lo siguiente: «Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo» (Hechos 9:26)

Dios llamó a Saulo y lo empezó a usar en la predicación, pero el ministerio de Saulo no encontró cabida en Jerusalén, eso ocurrió, porque ninguno de los apóstoles hasta ese momento había reconocido su ministerio.

Hechos 9: 27-28 dice: «Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo a los apóstoles, y les contó como Saulo había visto en el camino al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había hablado valerosamente en el nombre de Jesús. Y estaba con ellos en Jerusalén; y entraba y salía» (Si gustas puedes leer: Evangelismo Efectivo)

Bernabé reconoce en Saulo un llamado y lo presenta a los apóstoles. Saulo empieza a estar bajo una cobertura ministerial, la cual le abre camino en Jerusalén, donde recibe su segunda persecución y es allí que Saulo fue enviado a Tarso.

Cuando Saulo escapó de Damasco fue a Jerusalén y no encontró cabida en la iglesia, no tenía un reconocimiento o una recomendación, porque no había sido enviado, pero cuando fue a Tarso, el resultado fue que las iglesias crecían, eran fortalecidas, había paz y edificación porque en esta ocasión, Saulo no fue por su cuenta, sino que la Biblia dice que fue enviado por parte de la iglesia.

Es muy importante entender que nuestro ministerio debe ser reconocido por un cuerpo ministerial, , o como lo llama la Biblia, presbiterio, o consejo de ancianos. Esto ocurre cuando hay una imposición de manos para ordenación, para ser enviado; de otro modo no tendremos respaldo para desenvolvernos en la iglesia del Señor.

Es menester entonces preguntar a los que se llaman apóstoles, pastores, maestros, evangelistas, profetas; quién les impuso las manos cuando salieron al ministerio. Si no encontramos respuesta positiva, tenemos la libertad de dudar de la seriedad de tales ministerios y tener cuidado con estas personas. 

El Señor es aquel que nos llama, necesitamos reconocer e identificar nuestro llamado, empezar a desenvolvernos y servir bajo la cobertura ministerial apropiada, recibir la ordenación hecha por medio  de la imposición de manos de parte del presbiterio.

Solo entonces nuestro ministerio será activado, tendrá un grado honroso y de mucha confianza en la iglesia del Señor.