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LA DOCTRINA DE SATANÁS Y LOS DEMONIOS

Índice

SATANÁS Y LOS DEMONIOS

A parte de los ángeles buenos, también existen los ángeles malos, quienes se deleitan en oponer a Dios sirviendo como los antagonistas de su obra. Aunque ellos mismos son criaturas de Dios, no fueron creados como ángeles malos en el principio. “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera” Génesis 1:31.

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Existen dos pasajes en las escrituras que nos revelan que algunos de los ángeles no retuvieron su estado original, sino que cayeron del estado en el cual fueron creados, 2 Pedro 2:4 y Judas 6. El pecado de estos ángeles no está revelado, pero se ha creído por lo general que consistió en que se exaltaron y se rebelaron contra Dios, y que quiso tener suprema autoridad.

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Si fue esta ambición jugó un papel importante en la vida de Satanás y lo llevó hasta su caída, entonces explicaría de una vez y por todas porqué tentó al hombre en este punto en particular, llevándolo hasta su destrucción apelando a una posible ambición similar en los humanos.

En la Escritura, Satanás es presentado como la cabeza de los ángeles caídos, y en un principio pareciera que fue uno de los más poderosos príncipes del mundo angelical, y se convirtió en el líder de aquellos que se revelaron y cayeron de la gracia de Dios.

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El nombre “Satanás” le señala como el “adversario”, no del hombre primeramente, sino de Dios. Él fue quien atacó a Adán la obra maestra de Dios, y maquina destrucción constante, y por eso es llamado Apolión (El destructor), y obstruyó a Jesús cuando él empezó la obra de la restauración espiritual. Después de la entrada del pecado al mundo se convirtió en Diablo (El acusador), quien acusa al pueblo de Dios constantemente, Apoc. 12:10.

Satanás es representado en las Escrituras como el creador del pecado, Génesis 3:1,4; Juan 8:44; 2 Corintios 11:3; 1 Juan 3:8; Apoc. 12:9; 20:2,10; y es reconocido como la cabeza de los que cayeron, Mateo 25:41; 9:34; Efesios 2:2.

Satanás es quien está al liderazgo de las huestes angelicales que se llevó consigo en su caída, y les emplea en una resistencia desesperada contra Cristo y su reino. A él se le llama repetitivamente por el título de “el príncipe de esta mundo” (pero no del mundo) Juan 12:31; 14:30; 16:11, y aún “el dios de este mundo” 2 Corintios 4:4.

Esto no significa que es Satanás quien tiene el control de este mundo, porque es Dios quien tiene el control. Lo que si quiere decir es que él es quien está al mando del mundo maligno refiriéndose a lo que éticamente está separado de Dios.

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En Efesios 2:2 esto está muy bien definido, aquí se le llama el “príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia”. Él tiene un gran poder pero no es omnipotente, utiliza influencia de una manera inmesurada pero restringida. Mateo 12:29, Apoc. 20:2, y está destinado a ser echado en un abismo sin fondo, Apoc. 20:10.

EL ESTADO ORIGINAL DE SATANÁS

Hay dos pasajes Bíblicos en donde podemos conocer el estado original de Satanás y su caída. Ellos son Isaías 14:12-17 y Ezequiel 28:12-19. Aquí analizaremos el comentario de Ezequiel.

Ezequiel 28:1-19 habla del juicio de Dios contra un gobernante o grupo de gobernantes rebeldes. Son pocos los teólogos conservadores que rechazan este pasaje como uno de los que se refiere a la condición original de Satanás y su caída.

Parece que antes de su caída, Satanás estaba en una posición (puesto) lleno de privilegios nunca jamás dados a una criatura de Dios:

1. Naturaleza: Satanás es un querubín, una clase de seres angelicales. Entre ellos él era el ungido, un privilegio dado solo a un líder señalado por Dios mismo (Verso 14). Las expresiones “era el sello de la perfección” y, “lleno de sabiduría y acabado de hermosura” (verso 12), indica que él era el mayor de todas las criaturas.

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2. Posición: Satanás no solo era el líder ungido de Dios, sino que también fue llamado dos veces el querubín protector. Esto puede que se refiera a su papel como guardador o guardia de honor, y proclamador de la gloriosa presencia de Dios y su santidad.

3. Habitación: “En Edén, en el huerto de Dios estuviste” tal vez se refiere en términos terrenales al paraíso de Dios en los cielos. En este paraíso estaba “el monte santo de Dios”, del cual fue arrojado (verso 14-16), entonces parece ser que estuvo en la presencia misma de Dios, porque “en medio de las piedras de fuego te paseabas”

4. Perfección: este término recopila sus cualidades morales y personales. Él “era el sello de la perfección y acabado de hermosura” (verso 12), el era perfecto o sin culpa alguna en todas sus obras desde el día que fue creado hasta el día que pecó por primera vez (verso 15)

5. La caída: sin explicación alguna de cómo ocurrió, Dios dice, “se halló en ti maldad” (verso 15). La clave para saber qué fue lo que paso por la mente de Satanás se encuentra en el versículo 17: “se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor”.

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Su pecado es obviamente un corazón enaltecido y contemplación propia. Al reflejar en la belleza dada a él por Dios, se llenó de vanagloria consigo mismo (1 Timoteo 3:6). De igual manera, corrompió a los demás Ángeles de Dios y los desvió de su camino.

La palabra contrataciones (verso 16,18) puede referirse a sus contratos o a su mala causa con un gran grupo de ángeles compañeros suyos (Mateo 25:41; Apoc. 12:4,9). Su habitación también fue corrompida por su pecado: “Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanas tu santuario” (verso 18)

6. El Castigo: debido al pecado de Satanás de arrogancia y violencia, Dios le echó fuera y quitó su posición privilegiada del trono de Dios (“yo te eché del monte de Dios” verso 16). Puede ser que después de haber pecado, Dios le arrojó a la tierra (“yo te arrojaré por tierra” verso 17).

Dios le acuso de rebeldía y le arrojó de su presencia, siendo su castigo final ser arrojado en un lago que arde con azufre y fuego (Mateo 25:41)

LOS RESULTADOS DEL PECADO 

En Isaías 14 hay muchas declaraciones de lo que ocurrió debido a la caída de Satanás.

1. Echado del cielo: “como caíste del cielo..” dice Dios de aquel que ascendía al cielo (verso 12). Sus privilegios y su posición fueron por siempre retirados de él.

2. Corrupción de carácter: Aquel que era llamado Lucifer, que brillaba con la luz santa de Dios, “oh Lucero, hijo de la mañana”, se convirtió en Satanás, el enemigo de todo lo que Dios es.

a. Corrupción de poder: El poder de Satanás, ahora se convirtió en un poder inclinado a lo destructivo. Empobreció a las naciones (verso 12). Sus prisioneros no tienen libertad alguna (verso 16). Causó que temblara la tierra y trastornó a sus gobiernos (Verso 17).

b. Retuvo su dignidad: Aunque fue echado de su posición exaltada todavía retiene parte de su dignidad. El pasaje indica que su influencia y poder se sienten aún. Ni el arcángel Miguel “no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él…” (Judas 9)

c. Destinado al abismo: El juicio de Dios tuvo que llevarse a cabo debido a tal gran pecado en su contra. “Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo”. (Isaías 14:14; Apoc. 20:3) y a sus seguidores (Isaías 24:21-22)

LOS NOMBRES DE SATANÁS

Existen por lo menos cuarenta títulos diferentes que sirven para denotar a Satanás. A continuación consideramos los mas significativos, ya que estos nos hablan claramente del enemigo de Dios y por lo tanto de nuestro enemigo también.

A. Nombres que describen posición o rango:

1. Querubín grande, protector (Ezequiel 28:14)

2. El príncipe de este mundo (Juan 12:31; 16:11)

3. El príncipe de la potestad del aire (Efesios 2:2)

4. El dios de este mundo (2 Corintios 4:44)

5. El príncipe de los demonios (Mateo 12:24; Lucas 11:15)

B. Nombres que reflejan carácter 

1. Lucifer (Isaías 14:12)
2. Satanás (Zacarías 3:1; Apoc. 12:9)
3. Diablo (Lucas 4:2,13; Apoc. 12:9)
4. La serpiente antigua (Apoc. 12:9)
5. El gran dragón (Apoc. 12:3,7,9)
6. El maligno (1 Juan 5:18)
7. El destructor (Apoc. 9:11)

C. Nombres que indican actividades del Diablo:

1. Tentador (Mateo 4:3; 1 Tes 3:5)
2. Acusador (Apoc. 12:10)
3. Mentiroso, engañador (Juan 8:44; Apoc. 12:9; 20:30)
4. “El espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia” (Efesios 2:2)

LA DERROTA DE SATANÁS Y LOS DEMONIOS

El Señor anticipó la derrota final de Satanás cuando sus discípulos regresaron a Él con las nuevas de que los demonios se sujetaban a ellos a través del poder de Cristo (Mateo 10:1,17-20). Pero su derrota se basa obviamente en la muerte de Cristo. Pero, ¿Por qué tiene qué ser esto así?

1. La cruz fue el medio por el cual Dios llevó su plan de salvación:

El gran propósito de Dios es el de glorificarse a sí mismo. Esto es correcto y necesario. La gracia y el amor de Dios son magnificados por medio del sacrificio de Jesús por nuestros pecados. Dios se hizo humano para ofrecerse a sí mismo como un representante y como un sacrificio substituto por nuestros pecados (Gálatas 4:4-5; Hebreos 2:9-10; 10:4-7).

 Mientras todo esto ocurre, Satanás se ha opuesto al plan de Dios, a su plan de glorificarse a sí mismo y a la salvación de los pecadores. Pero la cruz, terminó el trabajo para el cual Cristo había venido (Juan 6:38; 12:23-27; 17:4-5; 19:30)

2. La cruz sirvió para librar a los cautivos de Satanás:

El propósito de Satanás era involucrar al hombre en el pecado para hacerle preso de este último (Juan 8:38, 41,44; Efesios 2:1-3; 1 Juan 3:10). Fue por eso que Cristo vino, para dar libertad a los prisioneros de Satanás (Lucas 4:18-19).

Por su muerte Cristo pagó el precio que requería un Dios justo para liberar a los hombres de las garras del pecado y de Satanás, y de esa manera rompió el dominio de Satanás que opera en el plano de la muerte (Hebreos 2:14)

3. La cruz desvió el poder del mal:

Cuando Cristo despojó a las fuerzas malignas de su poder. “Los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz” (Colosenses 2:15). La cruz no solo anula la deuda del hombre hacia Dios, sino que también a través de ella anula los poderes malignos que tenían cautivos a los hombres, y son públicamente derrotados por Cristo.

4. La cruz señaló el castigo de Satanás:

Por medio de su muerte y resurrección, Cristo señaló el último juicio de Satanás y los demonios. La cruz revela la ira y el juicio de Dios contra todo pecado. El justo debía de morir si los pecados habían de recibir perdón (1 Pedro 3:18). El que no conoció pecado, se identificó con el pecado para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él (Colosenses 5:21)

EL DESTINO DE SATANÁS Y SUS DEMONIOS

Satanás y sus ángeles tendrán su juicio final cuando sean hecho en el lago de fuego (Apoc. 20:10). Este es el lugar para el cual fue destinado después de su caída, y así mismo los ángeles que con él pecaron deberán acompañarle allí (Mateo 25:41).

Después de esto, ni Satanás ni sus ángeles serán desatados para siempre jamás, y al igual que los hombres, el humo de sus tormentos asciende a través de las edades (Mateo 25:46; Apoc. 12:10; 14:9-11)

NOTA:

Todo este material fue extraído del libro “Ángeles Buenos y Malos” escrito por el Obispo J. Fortino