REQUISITOS PARA EL MINISTERIO PASTORAL

Por: Thomas W. Drost

REQUISITOS PARA EL MINISTERIO 

Hay una gran diferencia entre el ministerio y otras profesiones. El ministro tiene que ser algo antes que pueda hacer algo. Su trabajo depende de su carácter personal. No es así con otras profesiones. No es importante el carácter de un hombre para que sea un buen doctor, mecánico, carpintero, entre otros. Pero el ministro como persona, sobresale por encima de su trabajo. Lo que hace, cómo vive, revela más que lo que hace o dice. 

(También te puede interesar: El Ministerio Pastoral, El Llamado Ministerial)

Como el ministro viva en la semana se notará el domingo. Es imposible separar el ministerio de la persona. La honra o deshonra del hombre le dan color a su trabajo. Los hombres buscan mejores métodos. Dios busca mejores hombres. Él no unge planes, sino hombres. Sus sermones solo duran una hora pero su vida predica toda la semana. La gloria y eficiencia del evangelio depende de los hombres que lo proclaman. 

Analicemos los requisitos que hallamos en la Biblia. Notaremos como enfatiza más lo que la persona es, que lo que puede hacer. 

(Quizás te pueda interesar: El Predicador Evangelista)

En diferentes lugares de la Biblia podemos hallar cosas que son señaladas como importantes en las vidas de aquellos que se dedican al ministerio. Los siguientes lugares nos dan una lista bastante completa de lo requerido: 1 Timoteo 3:1-7; Tito 1:5-9; 1 Corintios 4:2; 1 Pedro 5:1-3. De estos pasajes podemos sacar una lista de requisitos. 

Lista de Requisitos para El Ministerio Pastoral

1. Anhelarlo – Primero debe desear servirle al Señor como su ministro. Hay que recordar que esto en el tiempo de Pablo podía significar tener que dar su vida. 

2. Irreprensible – sin tacha, sin que se le pueda acusar. 

3. Marido de una sola mujer – Hay que recordar que en ese tiempo era común la poligamia. Sin embargo, esto se puede tomar como una recomendación que sea casado, aunque no necesariamente algo que se debe o puede exigir. 

4. Sobrio – serio, formal 

5. Prudente – juicioso, sabio. 

6. Decoroso – respetable, decente. 

7. Hospedador – esto se hacía muy necesario en ese tiempo cuando a los cristianos los perseguían, o sencillamente porque no habían mesones, hoteles u hospedajes como los hay hoy. 

8. Apto para enseñar – esto se puede referir en cuanto a su: a) conocimiento, b) experiencia, c) presentación -vocabulario, voz, apariencia. Y d) su reputación en relación a otros. 

9. No dado al vino – es mejor sencillamente ser abstemio. El vino en esos días era usado comúnmente en los comidas, especialmente porque el vino no se contamina fácilmente como agua u otra bebida. Hoy el vino o las bebidas alcohólicas tienen otro uso y sentido. 

10. No pendenciero – no ser amigo de peleas, discusiones, argumentos, riñas, contiendas, disputas. Que no sea rencoroso o pleitista. 

11. No codicioso de ganancias deshonestas – desinteresado en cuanto al dinero. 

12. Amable – bondadoso, llevadero. 

13. Apacible – pacífico, agradable, sosegado, tranquilo. 

14. No Avaro – No ambicioso, mezquino, usurero, tacaño. 

15. Que gobierne bien su casa – La casa es como una mini-iglesia donde debe demostrar capacidad. Además, como la congregación tiene su ojo puesto en la familia, hay que ser aún más estricto y tener el hogar más en orden que lo normal. 

16. No un neófito – Novato, principiante. 

17. Que tenga buen testimonio de los de afuera – no solo los de adentro, sino «los de afuera», eso es más difícil. Esto es necesario no solo para el respeto que tengan hacia el ministro, sino hacia la Iglesia en general. Esto incluye ser fiscalmente responsable también, no estar fiando o prestando sin devolver. 

18. No soberbio – No ser terco, orgulloso, altivo, arrogante. 

19. No iracundo – No ser de mal genio, enojado. Efesios 4:30-32 

20. Amante de lo bueno – no solo hacerlo porque es bueno sino amarlo. «Debemos amar lo que Dios ama y odiar lo que Dios odia» 

21. Justo – exacto, cabal. 

22. Santo – en vida Consagrado a Dios. 

23. Dueño de sí mismo – disciplinado, auto-control. 

24. Retenedor de la Palabra – apegarse al verdadero y mismo mensaje que se le enseñó. 

25. Fiel – alguien en quien se puede depender, constante, perseverante, que llena sus compromisos. 

26. Siendo ejemplo – debe establecer la pauta, el reglón. La lista es larga, sin embargo, hay otras cosas que se podrían añadir. Lo importante es que hay que reconocer que para el ministerio Dios busca y quiere lo mejor. 

(También puedes leer: Evangelismo Efectivo)

Carencia de uno solo de estos requisitos para el ministerio pastoral, o lo que parezca una pequeña falta puede ser de gran estorbo -Eclesiastés 10:1. 

Cabe repetir que, en el ministerio pastoral es de mayor importancia lo que es el ministro, que lo que puede hacer. Si la vida de un ministro tiene manchas o él no anda rectamente delante del mundo, no tendrá influencia y su predicación, aunque sea elocuente, no tendrá valor para conmover las almas. 

Si su conciencia no es pura, su predicación no será ungida de Dios y sus palabras serán como metal que resuena y címbalo que retiñe. Un predicador no puede predicar un mensaje más fuerte que lo que él vive. Su vida ante el rebaño predica más fuerte que todo lo que diga. 

(Te puede interesar: Obedeced a Vuestros Pastores)

Un hombre no puede guiar al rebaño a cosas más profundas que las que él mismo ha experimentado, ni alzarlo a alturas más altas que las que él haya subido. Jesús ya dijo: Mateo 10:24. La Iglesia es el reflejo del pastor. 

COSAS QUE DEBE MANTENER EN MENTE UN MINISTRO DE DIOS

1. El ministro debe mantener la nobleza de su llamado como cosa primordial. Nunca debe ver al ministerio como algo indigno o sin valor. No puede ser comparado con otras profesiones porque es espiritual. 

2. El ministro de Dios debe mantener la estima de los demás, que siempre le tengan el respeto que merece un ministro -1 Timoteo 4:12. Hay una estima popular que es el resultado de muchas generaciones, cuídala. Debe dejar una buena impresión. Su regla debe ser: 1 Corintios 6:12. La gente exige más del ministro que de otros. 

3. El ministro nunca debe debe olvidar que está para servir -Juan 10:11. Nuestro ejemplo es Jesús -Mateo 20:26-28. Que su posición no se le vaya a la cabeza – Romanos 12:3; Proverbios 20:12. 

4. Debe usar su tiempo bien. Efesios 5:15,16. El ministro debe sentir que su profesión demanda su todo. 

5. El ministro nunca debe medir su trabajo por lo que gana. La mayor recompensa será en la gloria. Sin embargo, Jesús dijo: Mateo 19:27-29. Ahora Pablo dice: 1 Timoteo 5:18. En cuanto a lo económico, normalmente recibe lo que merece (diezmos). Con solo diez que diezmen tendrá el 100% de lo que ellos ganan, es el mejor sistema. 

6. El ministro debe estudiar mucho la Palabra 1 Timoteo 4:13-15. Nunca ha habido gran predicador sin antes ser un gran estudiante. Debe amar la Palabra de Dios y llegar a conocerla bien. Debe estudiar la Biblia hasta que ella llegue a ser una parte integral de él. 2 Timoteo 2:15. 

(También puedes visitar la sección de Estudios Bíblicos)

7. No debe involucrarse, inmiscuirse (meterse) en los negocios de la vida. 2 Timoteo 2:4. Es una deshonra al ministro y a la Iglesia. No sea avaro. No hay mejor patrón o amo que el Señor. 1 Timoteo 6:8; Hebreos 13:5,6; Lucas 9:62. Da mucho que pensar cuando uno ve un ministro que no está satisfecho con lo que recibe como fruto de su ministerio. 

8. El ministro debe ser hombre de oración. Jesús ya dijo: «Sin mi nada podéis hacer» Nuestra lucha es espiritual y de nada sirven armas carnales -Efesios 6:12; 2 Corintios 10:4,5. Uno se edifica a sí mismo por la oración -Judas 20. Hay muchos ejemplos en la Biblia y también contemporáneos de hombres que han estado horas diarias en oración y han llegado a ser grandemente usados por Dios. 

9. El ministro de Dios debe tener interés en la humanidad. Una cosa es que sienta carga por su sermón, y otra, que sienta carga por las almas. Su interés no debe ser tanto que sea un buen Predicador, sino que alcance a las almas. El predicador que puede conmover a la humanidad es el que ama a la humanidad. Debe estar en contacto con la gente y no encerrado. 

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en Aceptar, aceptas el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.   
Privacidad