¿ACASO SOY YO EL GUARDIÁN DE MI HERMANO?, BOSQUEJO

¿ACASO SOY GUARDA DE MI HERMANO? (Génesis 4:9, PRÉDICA ESCRITA DE CAÍN y ABEL) 

1. Quizás una de las preguntas de la Biblia que más invitan a la reflexión es la pregunta que hizo Caín

a) Caín había matado a su hermano Abel porque sus obras eran malas

La mayoría pensamos que Caín mató a Abel porque Dios aceptó la ofrenda de Abel, pero no había aceptado la suya – Génesis 4: 3-8; sin embargo si analizamos un poco más los versículos nos damos cuenta que Caín mato a Abel porque no hacía lo bueno o lo correcto delante de Dios, es decir, mató a Abel porque sus obras eran malas. 

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Génesis 4:7 dice «Si bien hicieres, ¿No serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta…» Cuando leemos la expresión «si bien hicieres» nos indica que Caín hacía lo malo y no el bien. 

En 1 Juan 3:12 también se nos dice «No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa lo mató? Porquesus obras eran malas, y las de su hermano justas«. Claramente en este versículo se nos declara que Caín mató a Abel porque sus obras eran malas, no eran hechas conforme a la voluntad de Dios.

b) Cuando el Señor preguntó por Abel, la respuesta de Caín fue: «¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?» ( Génesis 4: 9 )

2. ¿Acaso soy el guardián de mi hermano? Es una pregunta que se puede hacer hoy.

a) ¿Somos el guardián de nuestro hermano?

b) ¿Tenemos la responsabilidad de cuidar de  nuestro hermano?

Cuando uno lee el Nuevo Testamento, queda claro que la respuesta a esta pregunta es afirmativa. De hecho, hay muchos pasajes de las sagradas escrituras que lo mencionan. 

I. NUESTRAS RESPONSABILIDADES HACIA LOS DEMÁS

A. DEBEMOS AMARNOS UNOS A OTROS

1. Como lo ordenó Jesús 

Juan 13: 34-35 «Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros»

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 Juan 15:12,17 «Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado…Esto os mando: Que os améis unos a otros». Como podemos ver en estos textos, Jesucristo nos ha expresado que debemos amarnos los unos a los otros.

2. Como lo enseñó Pablo 

Romanos 13:8 «No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley»

También en 1 Tesalonicenses 4:9 «Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros«

3. Según las instrucciones de Pedro

1Pedro 1:22 «Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro«

4. Como lo enfatiza Juan 

1 Juan 3:11 «Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros» (También 1 Juan 3:23; 4: 7, 11-12; 2Jn 5)

(También puedes visitar la sección de Prédicas Cristianas Escritas)

– ¿Pero cómo vamos a expresar tal amor? Hay otros pasajes de las escrituras que nos pueden dar la respuesta a esta pregunta. 

B. CÓMO DEMOSTRAMOS NUESTRO AMOR EL UNO AL OTRO 

1. Debemos «recibirnos los unos a los otros» – Romanos 15:7

2. Debemos «contribuir a la pez y a la mutua edificación» – Romanos 14:19

3. Debemos «servir por amor los unos a los otros»- Gálatas 5:13

4. Debemos «Sobrellevar los unos las cargas de los otros»- Gálatas 6: 1-2

5. Debemos «perdonarnos unos a otros»- Efesios 4:32

6. Debemos «someternos unos a otros en el temor de Dios»- Efesios 5:21

7. Debemos «exhortarnos unos a otros»- Hebreos 3: 12-13

8. Debemos «considerarnos unos a otros «- Hebreos 10: 24-25

9. Debemos ser «hospitalarios unos a otros»- 1Pedro 4: 8-10

A la luz de esos pasajes en los cuales se puede notar repetidamente la expresión «unos a otros», podría quedar alguna duda sobre la respuesta a la pregunta ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano? ¿Qué tan bien estamos haciendo todas estas cosas mencionadas?

Debemos reexaminar qué tan bien estamos cumpliendo con nuestras obligaciones mutuas.

II. SOY EL GUARDIÁN DE MI HERMANO: EVALUANDO EL PAPEL DE GUARDIÁN DE NUESTRO HERMANO

A. CUANDO UNO SE CONVIERTE EN HERMANO 

1. ¿Los recibimos en la familia de Dios o los ignoramos? – Romanos 15: 7

a) ¿Están debidamente asimilados en la vida familiar de la congregación?

b) ¿Permanecen al margen? Si ni siquiera conocemos sus nombres, podemos estar seguros de que

estamos fracasando como guardas de nuestro hermano

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2. ¿Los edificamos o ponemos obstáculos en su camino? – Romanos 14:19

¿Somos como un cáncer, debilitando los miembros del cuerpo de Cristo?

1) Con nuestro propio ejemplo

2) Por nuestras palabras, actitudes

– Se dijo de Filemón que refrescó los corazones de los hermanos de religión; ¿La gente dice lo mismo de nosotros?

3. ¿Nos sometemos a ellos o los dominamos con arrogancia? – Efesios 5:21

4. ¿ Les servimos con amor o esperamos que nos sirvan? – Gál 5:13

5. ¿ Les demostramos hospitalidad? – 1 Pedro 4: 8-10

a) ¿Visitándolo en su necesidad?

B. ¿Invitándolos a nuestra casa (o aceptando invitaciones a su casa)?

B. CUANDO UN HERMANO ES ENCONTRADO EN UNA FALTA

1. ¿Los consideramos siquiera ? – Hebreos 10: 24

a) ¿Somos siquiera conscientes de quiénes son?

b) ¿Somos ignorantes de sus problemas? Si es así, ¿Por qué?

1) Tal vez sea porque no nos reunimos lo suficiente

2) Podemos «preguntarnos acerca de ellos», ¡Pero eso no es suficiente!

c) ¿Se alejan sin que nadie se esfuerce por alcanzarlos?

2. ¿Los exhortamos para que no se endurezcan por el pecado? 

a) ¿O tenemos miedo de enfrentarnos a ellos, por miedo a que se vayan de la iglesia?

1) Si de verdad los amamos y nos acercamos a ellos con humildad, lo mas probable es que se queden en la iglesia

2) Si se van de la iglesia, están huyendo de Dios, no de usted

b)Recuerde, ¡Esa exhortación debe ser pronto, a tiempo! Quizás a veces esperamos demasiado tiempo

3. ¿Estamos dispuestos a llevar sus cargas ? – Gálatas 6: 1-2

a) Para ayudarlos a superar y hacerse más fuertes.

B. ¿O preferimos que no nos molesten?

4. ¿Somos rápidos en perdonarlos cuando se arrepienten? – Efesios 4:32

a) Recuerde que algunos pueden pensar que ya no serán perdonados ni aceptados de nuevo. Debemos tratar de que ellos se arrepientan y vuelvan a la iglesia

b) ¿Comunicamos la voluntad de que los aceptamos con los brazos abiertos?

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SOY EL GUARDIÁN DE MI HERMANO, CONCLUSIÓN

1. La forma en que respondamos a estas preguntas puede revelar qué tan bien o mal estamos

a) Cumpliendo con nuestra responsabilidad de ser el guardián de nuestro hermano

b) Cumplir con la única responsabilidad que tenemos que incluye a todos, pues debemos amarnos unos a otros como Cristo nos amó (Juan 13: 34-35)

2. Si no hemos sido los guardianes de nuestro hermano, tenemos que hacer lo siguiente

a) Arrepentirse de nuestra falta de preocupación, nuestra inactividad o lo que sea que haya sido obstáculo

b) Confesar a Dios nuestras deficiencias en esta área

c) ¡Decídase a aplicar con celo estos pasajes de amarnos unos a otros!

¿Eres el guardián de tu hermano? ¿Estás siquiera identificado con una congregación en la que puede ser un miembro activo que se preocupa por los de la familia de la fe?

Espero que este bosquejo haya estimulado su pensamiento sobre las responsabilidades que tienes para con tus hermanos en Cristo. Piensa en todo esto cuando te hagas la pregunta ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?

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