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5 CARACTERÍSTICAS DE UN SIERVO DE DIOS

Por: Andrés Hurtado

¿CÓMO SERVIR A DIOS SEGÚN LA BIBLIA PARA SER UN SIERVO DE DIOS?

El verdadero servicio a Dios, lo que nos hace un siervo de Dios o un servidor de Dios

Hoy en día todos queremos servir al Señor Jesucristo y eso es muy bueno. Sin embargo, ¿Cómo podemos servirle a alguien que no vemos? ¿Cómo ser un verdadero siervo de Dios?

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Cuando el Señor Jesús estaba reunido con sus discípulos les habló cómo sería el juicio de las naciones y en dónde pondría al justo y al injusto, llamando justos a aquellos que le hayan servido e injustos a aquellos que no le hubiesen servido. 

¿Qué es Servirle a Dios?, ser siervo de Dios, un servidor de Dios

En primer lugar debemos entender que para poder servirle a Dios, lo hacemos a través de los demás. Cuando de servirle a Dios se trata, debemos comprender que servirle a Dios es todo lo que hagamos por sus hijos y es lo que generará nuestra recompensa. 

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Veamos entonces las características de un siervo de Dios; pero antes, definamos lo que es un siervo de Dios.

UN VERDADERO SIERVO DE DIOS, UN SERVIDOR DE DIOS

UN SERVIDOR, SIGNIFICADO BÍBLICO

Un siervo de Dios es un hombre / mujer humilde, bautizado en el nombre de Jesús, lleno del Espíritu Santo, que ha entendido que Dios tiene un propósito para su vida y que por lo tanto depende de Dios totalmente, trabaja en equipo, y está listo para ayudar a completar la visión de parte de Dios para la iglesia,  y en su corazón siempre reposa ese deseo de estar activo en la obra de Dios. Un siervo de Dios reconoce la autoridad de sus líderes y no atenta contra ellos como Coré (Números 16). Esto lo hace un verdadero siervo de Dios.

Un siervo de Dios tiene muchas actitudes, virtudes, características que nos indican o marcan un ejemplo o camino a seguir por su compromiso verdadero y fidelidad a Dios. Es aquel que está dispuesto que se haga la voluntad de Jesucristo en su vida y aceptar lo que esto significa, de tal forma que se pueda llegar a ser un verdadero siervo de Dios

CARACTERÍSTICAS DE UN SERVIDOR O SIERVO DE DIOS SEGÚN LA BIBLIA

1. Un siervo de Dios se niega a sí mismo

Lucas 9:23-24 dice: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la salvará». Un siervo de Dios se negará a sí mismo.

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Un siervo de Dios entiende que es un servidor de Dios

El siervo de Dios entiende que es un servidor de Dios a través de los demás. Dejar a un lado nuestro egocentrismo es uno de los primeros requisitos que Dios pide de nosotros. Qué difícil es cancelar nuestros planes, deseos, apetitos, agendas por nuestro Dios; pero eso es lo que realmente Dios quiere de nosotros, si queremos ser un siervo de Dios.

Hay religiones que realizan cuarenta días de sacrificio, unos deciden no ver televisión durante cierto tiempo, otros no comen carne, una niña decide no usar su celular por cuarenta días. Y la pregunta hoy es ¿Qué hemos sacrificado para el servicio de nuestro Dios? ¿Cuándo fue la última vez que realmente nos negamos un deleite por entregarlo en servicio a Dios? siempre hacemos lo contrario… Otro día oro o ayuno, hoy no puedo dar esta ofrenda, hoy no puedo ayudar, que hoy lo haga otra persona, pastor hoy no puedo hacerlo, ya no queremos sacrificar para Dios…»El que quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame». Servirle a Dios es para el hoy, para ahora, mañana será demasiado tarde.

En la voz de Pablo se oiría algo así: «pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aún estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo» (Filipenses 3:7-8). 

La entrega debe ser total: El siervo de Dios debe tener una entrega total (Hechos 21:8-14). Necesitamos tener disposición para morir a nuestros intereses, comodidades, tiempo, etc. (vs. 13) y aceptar el desafío de Dios (v 11).

2. Un Siervo de Dios Es humilde

Colosenses 3:22-23 «Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres».

Un siervo de Dios entre más humilde Dios más lo exalta

Alguien que quiera servir a Dios debe entender, que lo que hace no es para que los demás lo vean, sino para que el nombre de Jesús sea glorificado. Entre más sea humilde, Dios más lo va a exaltar, entre más se exalte, Dios más lo va a humillar. Al fin y al cabo con nuestro trabajo y servicio estamos tratando de reflejar a Cristo en nosotros y no nosotros a nosotros mismos. Si usted busca recompensa de Dios, recompensa de Dios recibirá, pero el que busca la recompensa de los hombres, recompensa de hombres recibirá. Humíllese bajo la poderosa mano de Dios, y deje que él lo exalte cuando sea tiempo. «Humillaos delante del Señor, y él os exaltará» (Santiago 4:10). El siervo de Dios se humilla ante Dios y Dios lo exalta.

Lucas 14:10 «Mas cuando fueres convidado, ve y siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba; entonces tendrás gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa. Porque cualquiera que se enaltece será humillado; y el que se humilla, será enaltecido.

3. Un Servidor de Dios está presto para servir en todo tiempo (Lucas 9:57-62)

Hay personas que solo les gusta servir cuando no tienen nada más que hacer, o solo cuando hay alguien más que los está mirando para ser reconocidos. Conocí el testimonio de un médico cirujano, cristiano, que a las 6:00 am se iba a escondidas a lavar los baños de la iglesia y llevaba a su hijo para entrenarlo en el servicio a Dios. Hasta que un día lo encontró el pastor de la iglesia y le dijo que él no debería de estar allí, sino en el quirófano, a lo que el doctor respondió que para él era más importante servir en la casa del Señor y enseñarle a su hijo la humildad del servicio al igual que el servirle a Dios no era solamente desde un púlpito.

Como siervos de Dios debemos estar prestos en todo tiempo. Es hasta gracioso cuando alguien me dice: «Pastor, cuente conmigo para lo que sea» y cuando se les da la oportunidad de servir, no la aprovechan. No haga como Jonás que cuando Dios lo llamó al servicio, en vez de decir heme aquí, salió huyendo a esconderse en un barco. El siervo de Dios jamás se esconde, siempre está presto a servir.

Si Dios lo está llamando es ahora, es ya, no es mañana, no es cuando usted esté desocupado, no es cuando usted quiera, el llamado es ahora. Mañana puede ser demasiado tarde. Dios le habrá dado la oportunidad y el privilegio a alguien más.

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4. Un siervo de Dios Avanza la milla extra según la Biblia

Lucas 17:30 «Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos». «Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el llora y el crujir de dientes» (Mateo 25:30)

«y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos» (Matero 5:41). Este versículo se refiere a la milla extra que según la Biblia es dar más o hacer más de lo que se nos ha pedido. 

5. Un verdadero siervo de Dios, no limita su servicio a Dios. Va mucho más allá de sus propias fuerzas

¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batalla, pusieron en fuga ejércitos extranjeros» (Hebreos 11:32-34).

Por último, recuerde que su servicio no tendrá propósito, pasión o dirección si está tratando de agradar a los demás o está tratando de hacerlo en sus propias fuerzas. Todo lo que usted hace no es con su propia fuerza, ni poder ni capacidad, ni talento. Todo lo que usted hace es mediante el Espíritu de Dios que mora en usted (Zacarías 4:6). Esto lo hará un verdadero siervo de Dios. 

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