LA PAZ DE CRISTO

LA PAZ DE CRISTO (JUAN 14:27)

La paz de Cristo que se nos ha dejado (La paz bíblica)

«La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo» (Juan 14:27), en este texto podemos ver que se nos ha dejado la paz de Cristo.

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Se nos ha anunciado  

«Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre» (Efesios 2:17-18), nuevamente se nos menciona esta buena nueva.

Dios nos ha dejado la paz de Cristo (La paz bíblica)

Según Efesios 2:17, Cristo vino como predicador de paz. Dio nos la ha dejado por medio de su predicación, y cuando tratamos de desentrañar el significado de esta afirmación, al principio podríamos pensar en la predicación literal de Jesús. La prometió a a sus discípulos (Juan 14:27), también comenzó el Sermón del Monte diciendo: 

«Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios» (Mateo 5: 9); Sin embargo, en el contexto de Efesios 2, es probable que la predicación sirva como metáfora de la obra crucial de Cristo, quien en realidad trajo paz a través de su muerte en la cruz (2:15).

PABLO PREDICÓ LA PAZ DE CRISTO

Predicar la paz de Cristo

El lenguaje de Pablo de «predicar la paz de Cristo» está inspirado en dos pasajes del profeta Isaías del Antiguo Testamento. En Isaías 57:19, el Señor habla a su pueblo, ofreciendo «paz, paz al que está lejos y al cercano». Isaías 52: 7-10 celebra la venida del Señor a Sion, donde consolará a su pueblo y redimirá a Jerusalén. 

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El versículo 7 de Isaías 52, celebra al mensajero de estas buenas nuevas, «el que anuncia la paz, del que trae nuevas de bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina!. Cristo cumplió las profecías de Isaías al ser el que no solo proclamó la paz, sino que realmente trajo la paz de Dios a todo el mundo. Efesios 2:17 dice de Cristo que «vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos [gentiles],  y paz a los que estaban cerca [judíos]».

La paz de Cristo, tanto para judíos como gentiles

¿Y cuál fue la esencia del «sermón» de Cristo? Como hemos visto, su muerte trajo la paz entre judíos y gentiles al eliminar la barrera que una vez los había separado. Pero el contexto inmediato del versículo 17 sugiere que la paz que Cristo «predicó» fue, ante todo, un anuncio de paz entre Dios y toda la humanidad.

Debemos predicar la paz de Cristo

Por ahora, quiero considerar la metáfora de predicar la paz. Jesús fue, sin duda, un predicador de paz único. Él solo forjó una paz duradera y omnipresente a través de su muerte en la cruz. Sin embargo, como seguidores de Jesús, también hemos sido llamados al ministerio de predicarla o, si se quiere, hacer la paz para ser esos pacificadores (Mateo5: 9). 

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Transmitir esa paz de nuestro Dios, la paz de Cristo

En nuestras palabras y hechos, en nuestros deseos e intenciones, debemos ser personas que elogien, encarnen y fomentenla paz de Cristo. Debemos hacer esto, no solo en la iglesia y la familia, sino en todos los lugares donde Dios nos envía: En nuestras oficinas y tiendas, en nuestros vecindarios y naciones debemos llevarla y transmitirla.

VERSÍCULOS QUE HABLAN DE LA PAZ 

La paz os dejo, mi paz os doy, la paz de Cristo

Recordemos que Jesucristo dijo «la paz os dejo, mi paz os doy» (Juan 14:27), y esto no es solamente para los apóstoles sino también para nosotros que hemos creído la palabra de nuestro Dios y que hemos recibido la paz de Cristo en nuestros corazones.

La paz de Cristo es un elemento del reino de Dios

«Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo» (Romanos 14:17).

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Es un elemento del fruto del Espíritu Santo

«Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe…» (Gálatas 5:22) La paz de nuestro Dios, como podemos leer en este versículo, es uno de los elementos que están dentro de lo que es el fruto del Espíritu.

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El pecado impide tener la paz de Cristo 

«Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo. No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos» (Isaías 57:20-21). Podemos tener todo lo material, pero si estamos en pecado nunca vamos a sentir la verdadera paz en nuestras vidas. 

Dios nos da la paz cuando nuestro pensamiento y confianza está en él

«Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado» (Isaías 26:3). Dios nos ofrece su paz, y cuando aceptamos su oferta, podemos ser firmes y mantener la paz por medio de la confianza y fe en él. 

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La paz con Dios viene por medio de Jesucristo

«Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios» (Romanos 5:1-2)

Como puede verse en los versículos anteriores, podemos ser justificados y tener la paz de Dios en nuestros corazones por medio de Jesucristo. 

En Cristo hemos sido reconciliados con Dios y ahora tenemos paz con él

«Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación» (Romanos 5:10-11).

También 2 Corintios 5:19 dice «que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación»

Tenemos la paz de Cristo, porque Jesús nos ha reconciliado con Dios

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Así que, como podemos leer, estas escrituras nos mencionan que hemos sido reconciliados con Dios en Cristo. Tenemos paz para con Dios, porque Cristo nos ha reconciliado con Él.

Necesitamos la paz que solo Dios puede proporcionar, una paz real que viene de fuera de este mundo. Paz que Jesús trajo consigo de Dios para nosotros y que podemos transmitirla a los demás.

La paz de Cristo la podemos tener aun en medio de las tribulaciones

«Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo» (Juan 16:33). 

La Biblia dice: «Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús» (Filipenses 4:7). Nos ayuda a guardar nuestros corazones y pensamientos.

Jesús da la paz con Dios que sobrepasa toda comprensión, todo entendimiento. Necesitamos la paz con Dios para poder tener la paz de Dios. Cuando tenemos la paz de Dios, podemos tener verdadera paz, paz interior y paz con nosotros mismos a pesar de las circunstancias que podamos enfrentar.

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No dejes que nada, prácticas perversas, prioridades fuera de lugar o incluso preocupaciones genuinas te roben la paz de Cristo y te llenen de ansiedad. La Paz de Cristo para ti. Bendiciones.

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