Crucificando la carne

¿Qué significa crucificar la carne? Gálatas 5:24, ¿Cómo crucificar la carne?

Crucificando la carne… los que son de Cristo han crucificado la carne

El concepto de crucificar la carne proviene de las palabras del apóstol Pablo en Gálatas 5:24: “Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos”. En este versículo, está claro que crucificar la carne no es algo que se le haga al creyente, sino por el creyente: “Los que son de Cristo han crucificado la carne”.

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La “carne” que debe ser crucificada es el principio del pecado que existe en nuestra naturaleza humana caída. En este mundo vivimos en cuerpos carnales, y el cuerpo, siendo débil (Marcos 14:38), es la puerta de entrada al pecado, pero ¿Cómo crucificar la carne?

Crucificando las obras de la carne

Nuestros cuerpos, aunque no son pecaminosos en sí mismos, naturalmente anhelan la comodidad y el placer, y con demasiada frecuencia sucumben a la tentación, produciendo las obras de la carne (Gálatas 5:19–21). 

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El pecado se atrinchera en la carne, que se vuelve dominada por la iniquidad de todo tipo. Son las pasiones pecaminosas y las obras descarriadas de la carne las que los cristianos deben crucificar.

¿Cómo crucificar la carne?, ¿Qué significa crucificar la carne con sus pasiones y deseos?

Crucificando la carne con sus pasiones y deseos, una muerte de la vieja naturaleza pecaminosa, lo que significa

En otros lugares, Pablo habla de una crucifixión que le sucede al creyente a través de su unión con Jesucristo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20; ver también Romanos 6:6). Pero en Gálatas 5:24, es el creyente quien ha tomado acción. Crucificar la carne describe una muerte deliberada de la vieja naturaleza pecaminosa.

La instrucción de Pablo fue inspirada por Jesucristo mismo, quien dijo: “Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame” (Marcos 8:34).

Crucificando la carne tomando la cruz 

Tomar la cruz es una figura retórica estrechamente relacionada con crucificar la carne. Los creyentes deben comportarse como una persona que lleva su propia cruz al lugar de su ejecución. Pablo sigue las palabras del Señor hasta su conclusión lógica. Los creyentes no solo deben levantar y llevar su cruz, sino que también deben asegurarse de que se cumpla su sentencia de muerte. Crucificar la carne ilustra la muerte de los deseos egoístas y pecaminosos.

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Los creyentes deben tomar su vieja naturaleza pecaminosa y, en sentido figurado, clavarla en la cruz.Crucificamos la carne a través del arrepentimiento del pecado, dando la espalda a la antigua forma de vida, diciendo no a las pasiones egoístas y pecaminosas, y renunciando por completo a la carne: 

“Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia” (Romanos 6:13).

Dando muerte a la carne… crucificando la carne

En el mundo antiguo, la crucifixión era la forma de muerte más vil y vergonzosa, reservada para los peores criminales. Sin duda, Pablo quería que sus lectores entendieran que la carne no debe ser tratada con respeto, amabilidad o incluso indiferencia. La naturaleza carnal es tan mala que no merece sino el más terrible de los castigos. La crucifixión fue también una de las formas de ejecución más dolorosas. Los creyentes no deben esperar dar muerte a la carne sin experimentar algo de dolor y sufrimiento.

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Crucificando la carne… la carne y el espíritu están en continuo conflicto entre sí

Un llamado a crucificar la carne

La carne y el espíritu están en continuo conflicto entre sí, por lo que nuestro llamado diario como seguidores de Cristo es crucificar la carne: “porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis” (Romanos 8:13; véase también Romanos 6:11). 

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Haced morir lo terrenal crucificando la carne

Debido a que hemos sido librados del pecado y de la muerte a una nueva vida en Jesucristo, debemos rendirnos a Dios para sus buenos propósitos y “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría” (Colosenses 3:5).

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Obedecer el llamado al discipulado crucificando la carne

Crucificar la carne es obedecer el llamado al discipulado cristiano. Significa perder nuestra vida para encontrarla en Él (Mateo 10:39). A medida que diariamente damos muerte a la naturaleza pecaminosa, comenzamos a caminar en victoria sobre la carne. Conquistar la carne es lo que Pablo describe como caminar en el Espíritu: “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne” (Gálatas 5:16). Crucifiquemos la carne.

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