LA FE SALVADORA

¿QUÉ ES LA FE SALVADORA?

La eficacia de la fe depende del objeto de la fe

No hay mérito en la fe misma, pues la salvación mediante la fe sería meramente un modo por el cual el hombre podría salvarse a sí mismo. La eficacia de la fe depende totalmente del objeto de la fe. La fe es el medio de la salvación solamente cuando creemos a Dios y a su palabra, poniendo nuestra fe en Jesús y en su evangelio.

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El creer en Jesús incluye el creer su palabra, y el creer su palabra incluye obediencia. La fe es más que acento mental, aceptación intelectual, o profesión verbal; incluye confianza, dependencia, dedicación, apropiación, y aplicación. 

No podemos separar la fe salvadora de la obediencia

No podemos separar la fe salvadora de la obediencia (Hechos 6:7; Romanos 1:5; 2:6-10; 10:16; 16:26; Hebreos 11:6-8). La obediencia a la palabra de Dios es absolutamente necesaria para la salvación (Mateo 7:21-27; Juan 14:15,23; Romanos 6:17; 15:18; 2 Tesalonicenses 1:7-10; Hebreos 5:9; 1 Pedro 4:17; 1 Juan 2:3-5; 5:1-3). 

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La fe es viva solamente mediante reacción y operación (Santiago 2:14-26). Es posible tener una cantidad inicial de fe en Cristo y todavía no ser salvo si no hay una completa aceptación, dedicación, y obediencia (Mateo 7:21; Juan 2:23-25; 12:42,43; Hechos 8:12-23; Santiago 2:19). 

Abraham fue salvo por fe pero Dios honró su fe solamente porque incluyó obediencia (Génesis 15:6; 22:16; 26:5; Hebreos 11:8). 

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Por fe los israelitas aplicaron la sangre a los dinteles de la puerta de sus hogares para que el ángel de la muerte pasara sobre ellos y los librara de la esclavitud egipcia (Hebreos 11:28,29). Si un israelita hubiera profesado fe, pero no hubiera aplicado la sangre, el ángel de la muerte habría visitado su casa. A pesar de su creencia mental o su profesión verbal, para ser librado el israelita tenía que aplicar la sangre a su casa (Éxodo 12:13). Para que su fe fuera genuina y efectiva, él tenía que obedecer, porque la fe salvadora implica también obediencia.

LA FE SALVADORA ES UNA RELACIÓN CONTINUA Y UNA MANERA DE VIVIR

La fe salvadora es una relación continua y una manera de vivir, y no solamente una condición intelectual en un cierto momento (Romanos 1:16,17; 11:22; 1 Corintios 15:1,2; 1 Timoteo 4:16). En el sentido eterno, la salvación todavía es futura (Hechos 15:11; Romanos 8:24; 13:11; Hebreos 9:28). Para heredar la vida eterna, tenemos que vivir continuamente por fe, que significa caminar en obediencia y vivir en santidad.

Mediante la fe nos arrepentimos del pecado (Marcos 1:15). Mediante la fe obedecemos el mandamiento a ser bautizados (Marcos 16:16; Hechos 2:41; 18:8). Mediante la fe recibimos el Espíritu Santo (Juan 7:38,39; Hechos 11:15-17; Gálatas 3:14; Efesios 1:13). Creemos en el Señor Jesucristo por obedecer a Hechos 2:38.

El obedecer a Hechos 2:38 no es salvación por obras. El arrepentimiento, el bautismo en agua en el nombre de Jesús, y el bautismo del Espíritu Santo no son obras del hombre que ganan la salvación, sino obras de Dios que cumplen la salvación en nosotros. O nosotros permitimos que Dios obre en nosotros (Por fe / obediencia) o rehusamos que él obre (Por incredulidad / desobediencia). Es el que nos llama, nos guía hacia él, cambia nuestra mente y dirección (En el arrepentimiento), lava nuestros pecados (En el bautismo en agua), nos llena con su Espíritu, nos da poder para vivir santamente, y nos guarda en su gracia. 

Nuestros esfuerzos para recibir estos beneficios no nos aprovecharían si no fuera por la gracia de Dios. La muerte, sepultura y resurrección en Cristo los compraron para nosotros. Nuestra fe en Cristo los aplica a nuestra vida. Las doctrinas de la gracia y de la fe no eliminan el nuevo nacimiento, sino que explican cómo recibimos el nuevo nacimiento. 

Para que la fe sea genuina y la confesión sea verdadera debemos obedecer, esto es fe salvadora

La confesión de Jesús como Señor y la fe en la resurrección nos guían hacia la salvación (Romanos 10:6-13). Sin embargo, para que esa fe sea genuina y esa confesión sea verdadera, tenemos que actualmente obedecer a Jesús como Señor (Deuteronomio 30:10-14; Lucas 6:46). 

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Clamamos a Jesús, le hacemos nuestro Señor, y aplicamos su resurrección a nuestras vidas mediante el arrepentimiento, el bautismo en agua en su nombre, y el recibir su Espíritu (Hechos 2:4,21; 22:16; 1 Corintios 12:3).

Por medio de la fe nos apropiamos de la gracia de Dios

En sumario, fe es la manera de apropiarse de la gracia de Dios. Es el modo por lo cual nos rendimos a Dios, obedecemos su palabra y le permitimos hacer su obra salvadora en nosotros. La fe salvadora es, entonces:

(1) aceptación del evangelio de Jesucristo como el único medio de nuestra salvación

(2) la obediencia al evangelio (Aplicación o apropiación del evangelio a nuestras vidas).

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En conclusión, si realmente tenemos fe genuina, esa fe nos conducirá a una aceptación del evangelio de Jesús con la convicción de que es el medio que Dios utilizó para nuestra salvación. Además, esta fe nos conducirá a ser obedientes al evangelio de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Esto es fe salvadora.

«Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras» Santiago 2:17-18)

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